Escuela de Turismo de Ibiza


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1996- 2000

Historia

Recuperando el turismo francés

En el año 1996 se inicia la promoción a Francia para recuperar el que había sido el mercado por excelencia en las Pitiusas durante la post-guerra. No obstante, el esfuerzo económico fue menor que en Alemania, siendo alrededor de 9 millones al año.
En el año 1990, se registraron unos números de 14.000 turistas franceses. Esta cifra, 9 años después, creció vertiginosamente hasta que en 1999 se registró la cifra de 86.280 turistas franceses.


La escuela se integra en la UIB

A mitad de la década de los 90 ya salen de la “Escuela de Turismo” 300 profesionales anuales, el éxito es tal, que se superan las 100 matrículas durante el curso 95-96, contando con 30 profesores.

Hasta 1996 se concedían unos títulos que equivalían a diplomaturas, ya que era dependiente de Turismo y no del Ministerio de Educación, cuando en este año se produjo el cambio. Por fin somos una escuela universitaria.

A partir de este año se genera un plan de estudios propio en cada Comunidad Autónoma, estudiando concretamente el panorama turístico que se produce en cada una de ellas.

Se acuerda en los años 1997-98, que la Escuela pasa a ser un centro adscrito a la UIB para así ofrecer unos títulos con validez y reconocimiento oficial. Se crea un Consejo Asesor de la Escuela formado por cadenas hoteleras y empresarios de prestigio, volcados en la mejora de sus profesionales.

En el 1999 se pasó del TEAT (Técnico Empresarial en Actividades Turísticas) a Diplomatura en Turismo. Una vez adscritos a la UIB, se nombra en el año 2001 a Josep Antoni Tur director, siendo anteriormente Tomás Méndez el responsable, que recibió el puesto de director académico, y siendo Gerard Móra el secretario académico.

Este mismo año fue premiada como “Institución más importante” con motivo del centenario del Diario de Ibiza.

La escuela es básica para que el turismo no sea una moda, si no que nuestra profesionalidad se refleje en un producto de calidad referente en el resto del mundo.

El personal docente forma parte del Consell. Anteriormente era una cooperativa de profesores y personal administrativo que administraba el presupuesto asignado por el Consell, a su vez así por el Govern Balear.


Recuperación turística. El segundo “boom”

Conociendo el segundo “boom” turístico que se produjo en 1994, que llegó a alcanzar los 1.189.100 pasajeros según el Aeropuerto de Ibiza. Este boom se mantuvo, sucediéndose hasta alcanzar los 1.573.900 en el año 1999, y si se cuentan los turistas españoles, esta cifra asciende hasta rebasar la barrera de los 2 millones, sin contar los turistas que llegaban en barco a la isla.

Los turistas británicos formaban el 44% de todos los visitantes, seguidos de los alemanes (24%). El resto lo formaban entre los españoles (9%), italianos (7%) y los franceses (5%) siendo los demás mercados bastante residuales.

También en esta época se disparó el fenómeno de la construcción. En 1996 los proyectos visados eran de 951, mientras que ya en el año 1999 esta cifra ascendió hasta 1524 proyectos. Junto a esto también contribuyó la implantación del euro y sus consecuencias. La mano de obra en Ibiza escaseaba y se tuvo que buscar obreros tanto de la península como del extranjero.

A la par que crecían las cifras de proyectos urbanísticos, no podemos decir lo mismo del número de plazas turísticas. Éstas crecían, pero a un ritmo no tan alto, y es que en 1996 la cifra fue de 84.014 plazas de alojamiento, mientras que en el 1998 esta cifra fue de 86.741.

Esto se debe a que las leyes eran cada vez más estrictas y no permitían la creación de nuevos alojamientos. Pero sobre todo y la principal razón fue que los turistas preferían un nuevo modelo de alojamiento: la vivienda vacacional. Los turistas preferían residencias particulares en el campo, alejados de los hoteles y rodeados de naturaleza.


Más leyes para modernizar el turismo y ordenar el territorio.

Ley de Espacios Naturales (LEN): Se dicta la primera herramienta legal que preserva espacios naturales y emblemáticos de la isla, reflejándose en la imposibilidad de construir en el 40% del territorio pitiuso.

Ley general Turística: Recoge el principio general de eliminar una plaza turística por cada nueva que se creara en el futuro, así como las condiciones mínimas que deberían tener estas camas de nueva creación.

Sin embargo, las que iban a suponer cambios importantes en el sector aparte de la citada LEN fueron las siguientes:

  • Plan de Ordenación de la Oferta Turística (POOT) de Ibiza y Formentera: Define las zonas de las islas consideradas como turísticas, es decir, aquellas en las que se podía seguir construyendo alojamientos turísticos.


  • Ley de Directrices de Ordenación del Territorio (DOT): Reorienta el crecimiento urbanístico de las islas.


  • Ley y normas cautelares sobre Moratoria Urbanística: Las DOT del Gobierno de Jaume Matas fueron modificadas a un sentido más estricto por el nuevo Gobierno de izquierdas que salió elegido en el 1999. Estas modificaciones supusieron la ampliación del terreno mínimo para que se considere edificable un suelo rústico y se cancelaron numerosos proyectos que estaban en trámite.


En 1990 junto con noticias agradables para el sector turístico nos encontramos también con la aparición, junto con las fiestas, de drogas de diseño que atraen a un público que busca experimentar nuevas sensaciones. Aparece por tanto la figura del “clubber” que se distancia del ‘hooligan’ al ser personajes de una clase media-alta y que buscan su diversión propia, experimentar con la noche. Eso coloca a Ibiza como un estandarte mundial en cuanto al mundo de la noche, la fiesta y el desenfreno.

En el 1996 encontramos un hecho que marca la historia del turismo en Ibiza, el Consell de Ibiza recibe las plenas competencias desde Madrid y consigue así gestionar las materias turísticas en casi toda su plenitud excepto en el ámbito de promoción que se le otorga a Mallorca, aparece aquí un control y seguimiento a la gran fuerza alegal que crece en la isla.


La Desestacionalización

En el 1995 todos los sectores relacionados con el turismo, incluyendo sindicatos y patronales se agrupan en una comisión con el objetivo de lograr una estrategia de desestacionalización. Elaboran un estudio de la oferta disponible en las islas para el turista en los meses de invierno, teniendo en cuenta que la naturaleza la cultura y la tranquilidad son elementos básicos. Gracias a los programas iniciados por el Inserso y el Ibatur tenemos 20.101 visitantes de la 3ª edad en el 1995, y 22.378 cuatro años más tarde, quizá no es el aumento esperado y los empresarios no dudan en admitirlo.

En 1999 la UNESCO declara la ciudad de Ibiza “Patrimonio de la Humanidad”, galardón que puede actuar como altavoz de nuestros valores naturales y culturales. Un año más tarde se celebra la primera convocatoria del Ibiza Medieval.

A finales de esta década, los cargos políticos que vencieron con una mayoría electoral adoptaron la medida más polémica hasta el momento en el sector turístico balear, “La Ecotasa”, un gravamen de que los turistas ayuden a sufragar el desgaste ecológico y de infraestructuras, destinado también a patrimonio histórico y agricultor.

Los hoteleros advertían de los perjuicios, convirtiéndose este en un impuesto más para los hoteleros. La patronal del sector en Baleares afirmaba que podría provocar un descenso del 5% en número de estancias. El Gobierno balear y el Consell, en cambio, afirmaban que aportarían cuantiosos ingresos a las arcas autonómicas para mantener a flote la industria. Además, los hoteleros a largo plazo se verían beneficiados de esta medida


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